Economía política

Los estudios sobre el capitalismo han resurgido en los años recientes por dos hechos fundamentales: la crisis económica (2007) y el nuevo orden geopolítico marcado por la crisis sanitaria (2020). Trascendiendo lo economicista, se busca desentrañar un modo de producción y reproducción social que hoy vive una crisis estructural. En su momento, Marx hizo la crítica a la economía política; hoy se precisa además de una economía política crítica. 

Una práctica económica sin contrapesos críticos propicia graves derivas éticas: el derecho a bienes de uso suficientes se restringe y condiciona, para privilegio de pocos en detrimento del resto. Enfatizamos el problema ético pero también está implicada la justicia distributiva y la disfuncionalidad sistémica. Para unos, la vida oscila entre la probabilidad y la posibilidad; para otros, entre la imposibilidad y la impotencia. Estrategias de maximización vs. Tácticas de sobrevivencia. Pero hacer crítica de esa asimetría es insuficiente si no se disecciona el sistema normativo que legitima la disparidad. Confundir los efectos con las causas lleva a multiplicar las palabras extraviando los conceptos. 

Incluso en contextos democráticos, las mayorías no cuentan para la toma de decisiones económicas axiales. La manida suposición de que el mercado obedece a leyes económicas ciegas pretende obviar la subordinación de los Estados a los grupos que rigen la economía global. No se trata, pues, de oscuras fuerzas desconocidas, sino de intereses concretos que desconocemos. 

En Fractal sostenemos que la crítica se ejerce para señalar las injusticias, pero también para reflexionar sobre el aparato político y legal que las sanciona  (justicia y legalidad nunca van de la mano). Hay razones y propósitos subyacentes, y ambas cosas deben ser explicitadas en esta nueva fase de análisis sobre el llamado capitalismo financiarizado.