Mujeres / Parejas

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Carlos Lázaro, fotógrafo

Después de un largo proceso que me llevó 30 años pude –a través de la pérdida– comprender algo de la falta. A los 16 años, como consecuencia de un accidente de circulación, me amputaron una pierna. Tomé contacto con el mundo de la discapacidad a través de los problemas derivados de la adaptación de las prótesis. Comencé a trabajar como técnico en un centro, Institut Desvern de Protética, especializado en la fabricación y adaptación de prótesis donde a todos los técnicos nos falta alguna extremidad, siendo éste un hecho diferencial a la hora de plantear la protetización. A la vez, impulsé una asociación de personas con amputación. En este momento y como representante de las personas con discapacidad, colaboro con una subdirección del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) en lo relacionado al catálogo de prestaciones ortoprotésicas.

Ellas no son mujeres amputadas ni están amputadas.

Ellas tienen una amputación. Son mujeres obligadas a la reflexión, inquietas o tranquilas, cariñosas o ariscas, sensuales o no. Están en su intimidad, sentadas, mirando, mirándose, mirándonos. Remitiéndonos a nuestra falta a través de su pérdida.
La amputación física, la amputación de una parte de nuestro cuerpo nos lleva a momentos de intimidad y soledad en los que debemos buscar nuestras fortalezas para diferenciar entre lo que somos y lo que tenemos.
Para que lo que tenemos (o mas bien lo que no tenemos) no se trasforme en lo que somos, es imprescindible reflexionar sobre ello. La pérdida nos remite a la falta y a todas las otras veces en que ésta se nos ha presentado a través de otras pérdidas.

En estas parejas se observa el impacto dramático que supone la amputación de alguna de las extremidades. Son parejas que se acompañan desde hace tiempo, sobre todo en estos momentos donde las dificultades les unen (o quizás no).

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